Durante décadas, la música pop ha servido como espejo cultural, reflejando los estados de ánimo y las tendencias de la sociedad. Pero un nuevo estudio revela que esta reflexión se ha vuelto cada vez más sombría: la música popular es objetivamente más negativa y estresante ahora que hace 50 años. La investigación, publicada en Scientific Reports, analizó más de 20.000 canciones de las listas Billboard Hot 100 entre 1973 y 2023, descubriendo una clara tendencia hacia un contenido lírico más oscuro.
Los datos detrás del pesimismo
Investigadores de la Universidad de Viena emplearon un algoritmo para evaluar el sentimiento de las letras de las canciones y encontraron un “aumento sustancial en el lenguaje negativo y relacionado con el estrés” durante el último medio siglo. Esto significa que los temas explorados en las canciones más populares han pasado del optimismo a la ansiedad, la tristeza y la desilusión.
Esta tendencia no es sólo anecdótica; es estadísticamente significativo. El estudio también encontró que las letras se han vuelto más simples con el tiempo, lo que sugiere que se están sacrificando la complejidad y los matices en favor de la expresión emocional directa. Esto es notable porque se alinea con el aumento documentado en las tasas de depresión y ansiedad reportadas, así como con la negatividad en las noticias y la ficción, lo que indica un cambio cultural más amplio hacia temas más oscuros.
Giros inesperados en la narrativa
Sin embargo, el estudio descubrió algunos hallazgos contrarios a la intuición. A pesar de los grandes traumas sociales como el 11 de septiembre y la pandemia de COVID-19, las canciones de éxito no necesariamente se volvieron más sombrías durante estas crisis. De hecho, ambos eventos se correlacionaron con aumentos temporales en la música positiva y líricamente compleja. Esto sugiere que las personas pueden recurrir a música que no coincide con su estado emocional inmediato, tal vez buscando escapismo o una perspectiva más matizada en tiempos difíciles.
Los investigadores señalan que estos hallazgos son observacionales, no causales. No han demostrado que la música más oscura cause ansiedad, sólo que las dos tendencias aparecen juntas. Tampoco encontraron un vínculo claro entre este cambio en la música y factores económicos como los ingresos del hogar.
Las implicaciones más amplias
A pesar de estas advertencias, el estudio subraya el poderoso papel de la música a la hora de reflejar y dar forma a las emociones sociales. El hecho de que la música pop se haya vuelto más oscura sugiere que los oyentes pueden estar buscando o respondiendo a un mundo que se siente cada vez más incierto y estresante.
Ya sea que esto sea un síntoma de ansiedades culturales más amplias o simplemente un reflejo de gustos cambiantes, la tendencia es innegable: la música pop, como barómetro cultural, sugiere una creciente sensación de malestar.
Este cambio en el contenido lírico no se trata sólo de expresión artística; es una ventana al estado emocional colectivo de una época.
