Investigaciones recientes confirman que ciertas formas de vida, incluido un tipo específico de musgo, pueden soportar las duras condiciones del espacio exterior. Este descubrimiento amplía nuestra comprensión de la resiliencia de la vida y plantea preguntas intrigantes sobre el potencial para sustentar la vida más allá de la Tierra.
La inesperada resiliencia del musgo
Científicos de la Universidad de Hokkaido en Japón, en colaboración con colegas internacionales, publicaron hallazgos en iScience que detallan la supervivencia del musgo Physcomitrium patens en entornos espaciales reales y simulados. Este musgo, que se encuentra comúnmente en regiones templadas de Europa, América del Norte y Asia Oriental, exhibe una notable tolerancia a temperaturas extremas, radiación ultravioleta y condiciones de vacío, todo lo cual representa amenazas importantes para la vida terrestre.
El estudio comparó la resiliencia de tres etapas de vida del musgo: protonemas (etapa juvenil), células de cría (células de respuesta al estrés) y esporas reproductivas. Las esporas demostraron consistentemente la tasa de supervivencia más alta, superando las expectativas tanto en simulaciones de laboratorio como en un experimento del mundo real a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Prueba de supervivencia espacial: exposición a la ISS
De marzo a diciembre de 2022, se colocaron esporas de musgo en una plataforma externa de la ISS, expuestas a todo el espectro de las duras condiciones del espacio. Al regresar a la Tierra, más del 80 % de las esporas germinaron con éxito cuando se cultivaron en una placa de Petri, lo que confirma su capacidad para resistir una exposición prolongada al espacio.
Si bien la tasa de germinación fue alta, el estudio observó un ligero retraso en el crecimiento en comparación con los controles terrestres, lo que sugiere que las condiciones espaciales aún afectan los procesos biológicos. El mecanismo subyacente detrás de esta supervivencia sigue siendo desconocido.
¿Por qué es importante esto?
La capacidad de las esporas de musgo (y de otros organismos como los tardígrados y ciertas plantas con flores) para sobrevivir en el espacio no es sólo una curiosidad científica. Desafía las suposiciones sobre los límites de la vida y proporciona información sobre estrategias potenciales para sostener sistemas biológicos en ambientes extraterrestres.
Los investigadores ahora están investigando los factores genéticos que contribuyen a esta resiliencia, en particular el papel de la resistencia a la radiación ultravioleta y los mecanismos de reparación del ADN. Si podemos entender cómo la vida se adapta a estos extremos, podríamos desbloquear posibilidades para expandir los hábitats humanos más allá de la Tierra.
El descubrimiento refuerza que la vida terrestre puede no estar ligada a la Tierra, abriendo puertas a futuras exploraciones espaciales y posibles colonizaciones.






























