Durante milenios, los gatos han compartido nuestros hogares, pero la historia de cómo llegaron a ser domesticados es mucho más compleja (y reciente) de lo que se pensaba. Dos nuevos estudios publicados en Science y Cell Genomics revelan que los gatos no pasaron de ser salvajes a ser amigables con el regazo de la noche a la mañana. En cambio, el proceso se desarrolló gradualmente, con múltiples comienzos en falso y un surgimiento sorprendentemente tardío de la verdadera domesticación.
La lenta combustión de la domesticación
Se está cuestionando la suposición arraigada desde hace mucho tiempo de que los gatos fueron domesticados en las primeras etapas de la historia de la humanidad. La evidencia arqueológica de la domesticación felina es escasa; Los huesos de gato son pequeños y tienen menos probabilidades de sobrevivir a la excavación en comparación con los de animales de consumo común. Esta escasez ha obligado a los investigadores a confiar en el análisis genético, que ahora sugiere que el cronograma es mucho más corto de lo imaginado.
Un estudio se centró en los gatos de la antigua China y descubrió que los gatos monteses asiáticos coexistieron con los humanos durante 3500 años sin llegar a ser completamente domesticados. Como señala el biólogo Luo Shu-Jin, estos gatos monteses fueron un “claro ejemplo de una ‘domesticación fallida'”, permaneciendo feroces e independientes a pesar del contacto prolongado. Los cambios climáticos y agrícolas pueden haber influido, reduciendo la disponibilidad de alimentos y obstaculizando su integración en los asentamientos humanos. Los verdaderos gatos domésticos sólo llegaron a través de la Ruta de la Seda hace unos 1.400 años, lo que sugiere una afluencia posterior en lugar de una transición antigua y gradual.
Repensar los orígenes en Europa y el norte de África
Un estudio paralelo examinó restos de gatos antiguos en Europa y el norte de África, lo que reforzó la idea de que la domesticación no fue un proceso sencillo. Investigaciones anteriores indicaron una mezcla de ascendencia de gatos monteses del Cercano Oriente y África del Norte en los primeros gatos domésticos. Sin embargo, una nueva mirada al ADN nuclear de gatos turcos que data de hace miles de años reveló algo sorprendente: estos felinos eran puramente salvajes.
Este hallazgo, combinado con el estudio chino, sugiere que los gatos no se integraron completamente en la vida humana hasta hace tan solo 2.000 años. Incluso entonces, el proceso no fue absoluto; Como señala el paleogenetista Claudio Ottoni, los gatos mantuvieron su independencia y frecuentemente se cruzaban con poblaciones salvajes locales.
La velocidad de la integración felina
La línea de tiempo relativamente reciente subraya la rapidez con la que los gatos se asentaron en el mundo humano. A pesar de una larga historia de coexistencia, la verdadera domesticación parece haber ocurrido en unos pocos siglos: un abrir y cerrar de ojos en términos evolutivos.
Como lo expresa sucintamente la genetista felina Leslie Lyons: “Simplemente están espiando la puerta abierta poco a poco… para darnos ideas de cómo llegaron a donde están”. La historia de la domesticación de los gatos aún se está desarrollando, y estos nuevos estudios sirven como recordatorio de que nuestros compañeros felinos tienen una historia con los humanos más compleja y sorprendentemente reciente de lo que alguna vez creímos.

















